![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuNKxZ-B-seziCWKZZnawqxgcJe50ytlga2euJGqlavdSYGIwNiTMkbRHhR92eDKFFuHtXLcE1-XXEFbnd5woYW2sXNR0dG6JWuzonNrWFK2y8pvrqECdiBNW1TcHn0pQINSjww0RAR_g/s200/Primavera-3.jpg)
Sabemos que algunas personas pueden experimentar cambios anímicos en relación a los cambios estacionales que, independientemente de la edad, parecen ir ligados a la exposición solar (vale!! podéis quitaros como yo de la cabeza la imagen de "La Nube" en un eclipse solar total eterno)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVywgiEORZHfPjKXCitIT8BVxJ4rvaZbEZzikFjEp4YkrS-Y0pVzqi7O6x1-wPdEf_nOQQZ-nzdom7w7PVA3aH-j2O1Ok78V7_pUIZmbvmbrRWSbbzCMEDmNdKrHaRzWaasAa_XwvNS50/s200/eclipse+solar.jpg)
Efectivamente, el sol ayuda a sentirse mejor. El cerebro responde a la luz regulando la producción de dos hormonas que intervienen en el ciclo de sueño y vigilia, la energía y el estado de ánimo: son la melatonina y la serotonina.